Los primeros años de vida del niño/a suponen el momento más importante para el desarrollo del ser
humano…. y, según las experiencias que el niño/a vive durante esta etapa, configurará su personalidad adulta (Comisión Europea, 2011). En la etapa de EI, el alumno/a ya está capacitado/a para recoger información de todo aquello que le rodea. Para ello el niño/a se basa en las percepciones a través de sus sentidos, lo cual le posibilita el conocimiento de su entorno y la adaptación al mismo (Le Boulch, 1990; en Arroyo Escobar, 2009). Es por ello que "…el educador debe poner el mayor empeño en la presentación ordenada y coordinada de todo aquello que los alumnos puedan percibir hasta convertir la educación sensorial en la más importante del currículum de este nivel educativo" (Soler, 1992:37).
En palabras de Soler, "Tocar, degustar, oler, escuchar y mirar tienen que ser acciones que incluyan todo proyecto didáctico dedicado a los primeros años de la vida" (ibid., 22-2). Esta importancia de la Educación Infantil -EI- está presente en la pedagogía Montessoriana. En palabras de Montessori, "la parte más importante de la vida no es la que corresponde a los estudios universitarios, sino al primer periodo, porque es aquí cuando se forman la inteligencia y el conjunto de facultades psíquicas" (1971:39).
A partir de esta premisa, hay evidencias teóricas que indican la pertinencia del desarrollo de la EI así como la necesidad de ofrecer a los más pequeños una educación ajustada a sus necesidades e intereses en pro de un desarrollo más integral de la personalidad.